23 de abril de 2012

El Niño de Fuego




Coincidiendo con la chala sobre mi trabajo que doy en la feria del libro de León, titulada "Cómo satisfacer al niño que llevas dentro", he decidido poner en descarga gratuita un libro mío inédito: "El Niño de Fuego".



Originalmente, "El Niño de Fuego" era un micro-libro ilustrado en acordeón que iba dentro de una cajita de cerillas. Lo hice de cara a mi primera visita al salón del libro de Bolonia en 2006. Había unas 70 copias que repartí rápidamente y de las que solo me queda una.


Tras todos estos años seguía encontrando la historia y el concepto de este librito particularmente acertado. Posiblemente el hecho de que lo ideara, ilustrara y produjera en apenas una semana ayudó a la frescura del mismo. Me seguía pareciendo una pena que una idea de la cuál aún me sentía orgulloso solo tuviera cabida en la forma de una cajita de tirada tan pequeña.


Desde el año en que quedé segundo al premio Lazarillo de álbum ilustrado me he estado presentando obstinadamente al mismo. El año pasado decidí rehacer El Niño de Fuego en un formato de álbum para presentarme al premio por enésima vez.

El libro en cuestión trata sobre los niños malos, los gamberros. La idea original surgió por el formato. El libro-objeto me atrae mucho y hacer un libro dentro de una cajita de cerillas parecía fácil y asequible. El título vino de manera instantánea, sonaba bien y era sugerente. Decidí que lo ideal sería que las ilustraciones mismas estuvieran realizadas con fuego.

En el librito origial solo los fondos fueron realizados quemando papel, pero en el "remake" decidí llevar la lógica a su extremo. Las ilustraciones fueron realizadas utilizando un soplete sobre papel de acuarela de 300g. Recorté plantillas de aluminio para delinear las formas. En la práctica es un proceso muy similar al del aerógrafo, con la diferencia de que el calor sube hacia arriba y que tras dejar de quemar con el soplete el papel sigue oscureciéndose, con lo cuál hay que anticiparse al efecto ya que es fácil quemar demasiado y provocar una mancha negra en medio de la ilustración. Para completar el proceso algunos detalles están dibujados en leche quemada. Se trata de un truco que aprendí de niño. Si se pinta o escribe con leche en un papel blanco el resultado es invisible, pero este reaparece si se le aplica una llama. La leche además tiene un lazo evidente con la infancia así que me parecía una aportación muy apropiada para el conjunto. La silueta del niño en este caso está realizada a carboncillo. Todas y cada una de las ilustraciones del libro combinan estas tres técnicas. Dado que tanto la técnica de quemado como el carboncillo no permiten un trabajo de grán precisión las ilustraciones originales fueron realizadas al doble de su tamaño.


Una idea original que desheché fue hacer una tipografía con trozos de cerillas quemadas. Hice algunas pruebas y, aunque el resultado era bueno, concluí que el proceso iba a ser eterno y tuve que renunciar a ello.

El libro utiliza una estructura muy sencilla. La enumeración, un recurso clásico de los cuentos, crea un "crescendo" de tensión e intriga hacia un final inesperado. Gráficamente, el formato circular de las ilustraciones enfatiza el aspecto fantástico del cuento y el constante "zoom" refleja la creciente en tensión. Para completar la gráfica limpia de las ilustraciones, la portada, portadilla y contraportada utilizan imágenes sencillas de símbolos fácilmente reconocibles. La portadilla, que muestra una huella dactilar rodeada por un halo de papel quemado, resume la idea de un niño que quema todo aquello que toca. Subrayando esta idea, la página anterior a la portadilla tiene un troquel como si la página hubiera sido quemada a través. El libro está encuadernado con una tela naranja acorde con la gama cálida del libro y tiene unas guardas en papel verjurado naranja.


No estoy particularmente orgulloso del texto pero creo que funciona. Escribir en verso no me resulta ni muy placentero ni es algo que me tome muy en serio. En todo caso resulta más una presión pues es donde más claramente puede ser visible lo mal escritor que es uno. Pero era difícil imaginar el libro de otra manera, en mi cabeza, el libro tenía que tener este ritmo de canción infantil, creo que le añade una capa de coherencia y que sin ello no cabría la posibilidad de ver el aspecto cómico del libro. Curiosamente, el texto original de la versión en miniatura lo escribí en inglés, ya que el objetivo era distribuirlo en una feria internacional. Por alguna razón me resultó más fácil escribirlo en inglés que en español. Quizás porque lo asocio a los libros de Edward Gorey...

La primera versión que encuaderné (la que presenté al premio Lazarillo), tenía un formato de 20x20. Le dí al libro el formato típico de un álbum ilustrado para intentar encajarlo dentro de esa categoría. Más tarde me dí cuenta del error: estaba intentando darle un formato convencional a un libro poco convencional. Se veía forzado, las ilustraciones y el diseño global del libro no eran capaces de habitar un formato tan grande. Hice lo que el libro estaba pidiendo a gritos: ser pequeño. Creo que es un grán ejemplo de cómo la elección del formato puede afectar a un libro. En la discreción y sencillez de su nuevo formato el libro saca a relucir sus mejores cualidades.


El libro permanece inédito ya que apenas lo he enseñado a nadie. De hecho, la feria del libro de León supondrá el primer verdadero público para "El Niño de Fuego" y me dará una idea de si gusta o no. Personalmente lo veo como un libro cómico, aunque algunos lectores interpretan el giro final como melancólico, cosa que en principio no me parece mal. Si bien tiene un componente humorístico, admito que este puede ser un tanto adulto, aunque no me gusta subestimar la capacidad de comprensión de un niño, solo hay una manera de averiguarlo y tal vez la muestra en León sirva para ello.

No estoy satisfecho con todas las ilustraciones del libro, pero el proceso fue tan agotador y tuve que hacer tantas pruebas y repetir tantas veces algunas de las ilustraciones que tuve que conformarme con lo que había conseguido, sobretodo si esperaba llegar a tiempo para presentar el libro a concurso. Como objeto es un libro que me gusta mucho, pero dudo que encuentre a un editor dispuesto a publicarlo tal y como yo lo he diseñado.

7 comentarios:

  1. Es un producto fenomenal.

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  2. Yo tengo una cajita de fire-boy en perfectas condiciones.

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  3. ¡Eres uno de los 70 afortunados!

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  4. Me encantaría ser una de las afortunadas de tener una cajita fire-boy.
    Hoy te he descubierto gracias a https://www.facebook.com/ciaperfecta. Llevo un rato largo paseándome por tu blog, he participado en el crowdfunding de astigmatismo y he hecho mención de tu trabajo en mi blog http://dontemon.com/. Pues eso, que tengo una tarde/noche Tronhiskyana.

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  5. ¡Qué maravilla! ¡muchísimas gracias Marisa! No sabía que había aparecido en Cia Perfecta, parece que ya les debo una.

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  6. Redios! Me encanta la transparencia y esa presunción de tamiz por donde dejas que se cuele todo lo que experimentas. Me has espolvoreado la tarde y sé que si sigues en esa línea nunca tendrás ahogos en tus contornos.
    Para decirlo sin metáforas: coño, por fin alguien que no tiene reparos en decir cómo ha hecho su obra.
    Mil gracias por la nieve creativa.

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  7. Gracias Goab, me has alegrado la tarde!

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